Más Huerto Urbano...
Pocas cosas se pueden comparar a recoger un puñado de cerezos y sentarse a la sombra a degustarlas. En pocos minutos todo habrá pasado pero quedará en nuestra mente el recuerdo de un placer único, y compartirlo con los nuestros lo multiplicrá exponencialmente.
Disfrutar al preparar la tierra mezclando abono organico, sembrar las semillas y verlas crecer para escoger las mejores. Ver crecer las hortalizas, los arbustos, los frutales. deleitarse con la floración, la polinización y esos frutos pequeñitos que empiezan a asomar entre los pétalos marchitos. Poder cuidar, regar, podar y curar incluso, todo ese caudal de vida para finalmente recolectar esos tomates maduros, esas lechugas tiernas o esas deliciosas fresas. Hemos ido sumando pequeños retales de placer que año tras año nos ilusionan y nos motivan para volver a intentarlo.
Eso es para mi la felicidad....
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